Hola de nuevo, soy Luismi, no me suelo prodigar mucho pero creo que
estas ocasiones (las carreras en las que participamos) merecen la pena
compartirlas con todos, sobre todo, más que los datos técnicos que en muchas
páginas se pueden encontrar, quiero compartir sensaciones, pensamientos,
anécdotas, etc, todo lo que sucede durante la carrera y que hace que nosotros
las grabemos en nuestros disco duro y no las borremos, pues ese tipo de cosas
son las que quiero compartir con vosotros.
Durante la semana anterior a la prueba, cuando la gente te preguntaba si
ibas a correr y les decías que sí, que una carrera corta por montaña de 26
kilómetros y veías su mirada, empezabas a comprender que lo que estamos
preparando hace que nuestra perspectiva de las distancias sea diferente que
para el resto de “mortales” y que quizás sin querer empecemos a subestimar
ciertas distancias.
Partí hacia Zuheros (Córdoba) el sábado por la mañana, donde de
avanzadilla iba un grupo del club de amigos que se habían organizado algo mejor
que yo y que nos tomaron la delantera, y digo nosotros porque iba con toda la
familia, ya que la carrera era la excusa perfecta para pasar un fin de semana
entre amigos y practicando el hobby que a todos nos unía.
Una vez allí, todo fue estupendo,
lo único que me preocupaba un poco era lo inestable del tiempo, que, a ratos,
cambiaba y se nublaba dejando caer alguna gota y en otros momentos salía el sol
y apretaba de justicia. Con el miedo que le tengo al frio y a la lluvia en
competición, era un mar de dudas sobre que ropa utilizaría al día siguiente.
Ya por la tarde, recogimos los dorsales y pasamos el tiempo en agradable
compañía, pero a la hora de la cena, empezaron los fantasmas del pasado a
rondarme la cabeza por la mala experiencia de la última carrera a la que había
ido con Iván, Jose Luis y Toty, en la que estuve arrojando toda la cena y
pasando una noche de perros, por lo que opte por la cena que no me iba a hacer
daño……….no cenar (a grandes males, grandes remedios)
Al día siguiente, y con el cambio de hora toco levantarse temprano, pero
allí estábamos un grupo del club Corricollano, dispuestos a llenar las calles
del pueblecito acogedor de Zuheros con los colores de nuestro club.
Antes de la salida reconocí a Raúl, el “chaval” que me gano en mi
carrera de debut en montaña, la subida al pico Gilillo en Cazorla y que tuve la
suerte de realizar un 2º puesto. Cuando le saludé comprobé con gran alegría que
me recordaba e intenté darle ánimos para la carrera puesto que era un runner
con mucha clase, pero él, sin querer, me quito a mí los ánimos que yo llevaba
cuando me empezó a “recitar” el ramillete de corredores con clase que allí se
habían juntado, ¡madre mía! ¿dónde me he metido yo?, pensé al nombrarme por lo
menos 20 tios con una super-clase en este tipo de carreras, pero bueno alli
estaba yo dispuesto a no desentonar demasiado
¡La salida es neutralizada hasta salir del pueblo! Oí mientras calentaba
y pensé genial así me dará tiempo a calentar y entrar en carrera. Llegó la hora,
sonó el disparo y ahí estábamos en la salida neutralizada, detrás del coche de
la organización, al cual empujaban los corredores ansiosos por correr………………..me
miro el reloj porque tenía la sensación de ir algo rápido y descubro que íbamos
a 3 min y 04 seg el kilómetro, !!!! menos
mal que era neutralizada!!!!!. Una vez dejamos el asfalto y llegamos a la
tierra el coche comenzó a levantar polvo por lo que nos comenzamos a quejar,
esto hizo que el coche se adelantará………………….fue peor el remedio que la enfermedad,
porque esto dió pista libre a estas
liebres.
Allí estábamos en la conocida como Vía Verde, un terreno prácticamente
llano aunque ligeramente picando hacia arriba, y que permitía correr, yo decidí
irme con el grupete en el que me había metido, con los 7 de delante que íbamos
detrás de Zaid (el ganador de la edición anterior y que, a la postre,
resultaría ganador con una superioridad aplastante y un tipo grande como
deportista, pero casi mejor como persona por lo que pude comprobar al finalizar
la prueba al hablar con él y lo querido que era por la gente que estaba en la
línea de meta). Bueno a lo que íbamos, allí estaba yo de intruso entre los
“galgos” de la carrera y digo intruso porque así lo note entre las miradas de
todos ellos, que parecían conocerse de otras carreras, menos a mí que no me
tenían hecha “la ficha” y que pensarían ¿Qué hace aquí este novato?, pues ya se
lo digo yo “aguantar como podía” porque íbamos a 03´25´´ km, y sufriendo un
poco y pensando que faltaban 24 km por montaña y sino pagaríamos este sobre
esfuerzo. Aún así intente aguantar porque la carrera me la tomé como una
prueba, despues de haber entrenado “lo normal” durante la semana intentar
llegar algo cansado y ver como respondía mi cuerpo a la competición.
Solo hubo una cosa que me llamo la atención ,cuando íbamos a ese ritmo
tan fuerte para una carrera de montaña, vino desde atrás un chico con una
camiseta verde y nos paso como si fuésemos parados por la izquierda y que al
llegar al de cabeza le dijo: “Raúl ¡coño! ¿a qué hemos venido aquí a correr o a
darnos un paseíto por la Vía Verde? ¡Cohones!”……………….si señor eso es humillar y
el resto son tonterías. Posteriormente, ya en la llegada tuve oportunidad de
comentar esta anécdota con él y ví que no había sido su intención, ni mucho
menos, ya que al comentarle la sensación mía se puso rojo como un tomate, y que
despues sirvió para reinos un rato (buena gente).
Pasaron los kilómetros ya con un ritmo adecuado a las rampas que íbamos
afrontando y que por momentos incluso teníamos que realizar andando, ya que no
permitían el correr. Las piedras en el primer tramo de la carrera eran muy
molestas porque no estaban sueltas y al pisarlas te hacías daño. Cuando iba por
el kilómetro 12 me encontraba bien y por un terreno que permitía avanzar a buen
ritmo, iba en el puesto 8 de la general, casi ni me lo creía, pero al cruzar
un puerta no ví la indicación para
desviarme a la derecha y continué avanzando de frente, hasta que, pasados unos
metros, unos 250, comprobé como el resto de corredores había girado a la
derecha, este me hizo perder algo de tiempo y unos 20 puestos de la general y
el consiguiente comedero de cabeza que no me abandonaría prácticamente hasta
meta, porque ya no era el tiempo perdido, que también, sino psicológicamente el
ir con la gente de cabeza a su ritmo y enganchado a ellos. Me costó realizar un
sobreesfuerzo el poder recuperar alguna posición. No sé si fue por el tener que
ir a un ritmo algo mayor de debido y arriesgar para pasar por algún lado
dificultoso al adelantar a algún corredor, el caso es que tropecé con casi
todas las piedras del circuito (sin exagerar), estando a punto de caerme al
suelo en multitud de ocasiones.
El recorrido era en forma de un “8” y al pasar por el centro, se pasaba
junto al pueblo y erá el kilómetro 14, no era excesiva la distancia pero con
tantas cosas sucedidas hasta entonces y con el cansancio por el esfuerzo
realizado te planteabas el ir directamente hacia la llegada y decir “ahí os
quedaís locos”, pero no, da la casualidad que uno de los locos era yo y decidí
hacer lo que pude hasta el final
De aquí hasta la meta fue un superar obstáculos y corredores,
disfrutando lo que podía del paisaje, que en esta 2ª parte era más bonito y
entretenido que la 1ª mitad.
Casi llegando a meta además de las dificultades orográficas normales,
nos desviaban a través del castillo del pueblo haciéndonos subir unos cuantos
escalones (que para mí, como iba de cansado, era como subir al empire state) y
cruzar la meta, sin haberme caído, habiendo aguantado tantos sobresaltos y con
los “deberes” hechos fue una gran alegría. Sobre todo al enfilar la llegada se
veía al fondo a toda la familia que ahí estaban, como siempre, animando, con
una sonrisa y echando humo las manos al aplaudir. El puesto fue……………., bueno
eso es lo de menos, estuve más delante de donde preveía en un principio cuando
mi amigo Raúl me soltó la lista de “fieras” y más atrás de donde quizás hubiese
terminado de no perderme en el camino.
Pasé un fin de semana estupendo rodeado de la familia y de amigos y
encima disfrute de mi hobby rodeado de un precioso entorno……………..que más se
puede pedir.
Nada más, solo espero no haberos cansado demasiado, pero como no suelo
escribir, casi lo hago todo de una vez
Un saludo y hasta la próxima
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