Ya
ha pasado una semana desde que participamos en el Maratón del Espadan (Segorbe
/ Castellón) y me gustaría comentar en voz alta mis reflexiones.
El
sábado a mediodía comencé mi viaje hacia Segorbe, cogiendo el AVE en
Puertollano hasta Ciudad Real, una vez allí me recogieron mis compañeros de
aventura para emprender camino hacia Segorbe. Nada más montarme, la primera
sorpresa, a Iván lo conocía un poco más, pero tanto a Toty como a Jose Luis
solo los había visto 1 vez en mi vida y, sin embargo, parecía que nos conocíamos
desde siempre, con muy buen ambiente y gran complicidad disfrutamos de un viaje
muy agradable. Una vez allí la convivencia continúo por los mismos derroteros
(cosa que facilita mucho todo).
Por
la tarde/noche recogimos los dorsales y nos decidimos a conocer algo el lugar,
casi no quise cenar fuera de “casa” para no probar cosas nuevas la noche de
antes y no sé si fue sugestión o que realmente me sentó mal lo poco que comí,
pero el resultado fue una noche que no le deseo a nadie, con dolor de cabeza,
vómitos y fiebre (vamos……..lo ideal para el día siguiente afrontar 42 Km. y
pico……. )
A
la mañana siguiente me levanté el primero de los 4 y observe que mi cuerpo no
estaba todo lo mal que esperaba después de una noche así y le fui dando a mi
maltrecho estómago algo para comer y ver como reaccionaba y, aunque regular, me
permitió ingerir algo.
Después
de vestirnos con el ritual correspondiente y con la disyuntiva de que ropa
ponernos y cuanta (habíamos estado entrenando pocos días antes rondando los 0
grados y dudábamos de la temperatura que haría). Al final nos dirigimos hacia
la salida muy abrigados y pese a quitarnos ropa a última hora nos sorprendió el día
rondando los 25 ºC.
La
carrera en sí fue dura por el perfil, la temperatura y para mí porque era mi
debut en este tipo de carreras y en esta distancia. La afrontamos de forma
tranquila al principio aunque luego piensas que si has ido hasta allí no va a
ser para pasear y te fuerzas algo más de lo que crees. Te pones a correr y te
das cuenta que esto no es una carrera habitual, hay tramos para correr, otros
para andar y otros en los que casi no se puede ni andar. A partir del kilómetro
32 noto la falta de fuerzas, quizás por la mala noche o porque no tengo más o
porque me hace falta más entrenamiento (o todas a la vez). También comienzo a
notar que el modelo de zapatilla no me esta funcionando (al final me hace
perder una uña) y al pasar por una zona con algunos riachuelos no puedo evitar escurrirme
y tener que pisar en uno de ellos con ambos pies lo que me produce unas
ampollas que me dificultan algo más el recorrido (vaya el día parece que va a
tener de todo!!). Pero, a pesar de todo, disfruto del entorno y los paisajes y
del ambiente, algo bueno tenia que tener no?
A
lo largo del recorrido observo que cuando llaneo y cuando la bajada permite
correr voy bastante bien y adelanto a algunos corredores, sin embargo, cuando
los descensos se ponen técnicos los corredores más experimentados te pasan como
si no les costase y piensas ¿como se la pueden jugar de esa forma?, donde yo
aseguro la pisada para no caerme ellos saltan sin saber donde y como van a
caer……o están locos o saben cosas que yo desconozco.
El
resultado es lo de menos. Al final lo que cuenta es que has sido capaz de
completar el recorrido y es cuando empiezas a pensar en lo cansado que has
terminado, si seria capaz de repetir o incluso superar esto durante 8 días
seguidos, con más altitud, más cansancio acumulado, que material será el apropiado,
la alimentación, en definitiva, todos esos detalles que pueden hacer de esta
aventura un éxito o no.
Al
día siguiente según lo previsto me decido a salir a entrenar (flojito) y parece
que el cuerpo aunque resentido no esta tan mal como esperaba. Normalmente
después de un maratón por asfalto me “tiraba” 2 o 3 semanas de descanso y sin
embargo, aquí me tienes, el día después corriendo.
El
camino de vuelta al igual que el primero, fue estupendo, eso sí, algo mas
castigados físicamente, y con el regusto de haber terminado todos y no habernos
hecho demasiado daño (y digo esto porque Toty y yo probamos el suelo en la
bajada más fuerte). Espero volver a repetir alguna otra experiencia y esta vez
con TODOS, ya que en esta ocasión por motivos personales nos faltaron 2 (Marcos
y Jose Carlos) a los cuales en varias ocasiones se les tuvo muy presentes.
En
resumen, muchas dudas, sobre entrenamiento, material, fuerzas, alimentación, cosas que seguro que con la
aportación de todos seremos capaces de superar. Solamente una cosa me quedo
clara y en lo único que hemos acertado plenamente y ha sido en la elección de
los compañeros, tanto mi pareja con la que creo haber acertado al 100 x 100 y
con las otras 2 parejas con las que nos hemos embarcado en esta locura, cosa fundamental
para afrontar los duros momentos por lo que seguro pasaremos durante la
Transalpina y tan necesario será tener a tu alrededor para superarlos.
pero ese es ivan? lo he tenido que mirar tres veces. no se si se parece a Mariano Mariano o mi tio matias. vaya tela con los promeros planos.
ResponderEliminargracias Luismi por tus reflexiones, estoy de acuerdo que entre todos iremos sacando conclusiones para el gran reto