Mi espantada con la bicicleta se debe a que necesito entrar en calor. Estoy deseando sudar, que las gotas de agua recorran el cristal de mis gafas y patinen por mi nariz hasta lanzarse al vacío desde la punta de la misma. Apenas disfruto del recorrido, voy centrado en comer geles y barritas energéticas. Es increible como algo que hace unas semanas me provocó diarrea y casi vómitos, hoy es devorado con avidez por mi organismo. Esta claro que la cosa va en serio y mi cuerpo se ha dejado de tonterías. Necesito calorías.
Recorro kilómetros observando la cara sorprendida del escaso público, que me ve pedalear como un descosido al ritmo de mi mandíbula castañeante. Cerca del km 10, el baile de dientres desaparece y por fín me voy relajando en la bicicleta. No he pensado en Marco en todo este tiempo, así que miro atrás y compruebo que me sigue a escasos 100m. Le espero y le comento que parece que ya estoy mejor, a partir de ahora vamos a funcionar como equipo de Quijotes TransAlpinos. La primera de las 3 vueltas al circuito de bici (2 completas de 34km y 1 de 21km) nos la planteamos como vuelta de reconocimiento, dandole tiempo al cuerpo a ir adaptandose y aprovechando para hidratarnos y alimentarnos bien.
Repaso mentalmente las 3 máximas que me había impuesto para esta prueba: hidratación, alimentación y dosificación. Voy cumpliendo el programa y hago mis deberes comiendo y bebiendo. Marco no va cómodo en la bici, así que la dosificación me la impone él. La carretera enseguida tira para arriba y mantiene un desnivel muy constante. He de reconocer que a mi esto me va muy bien y cojo buen ritmo. El aire viene racheado y si a eso le sumamos el zig-zag del recorrido, esta primera vuelta nos está resultando incómoda. La segunda mitad de la vuelta es bien sencilla, todo lo que has subido lo bajas y el tramo llano es igual pero con el aire al revés. Marco sigue quedandose y le obligo a ir cogiendo barritas energéticas. Le pasa lo que a mi, no está acostumbrado a comer en carrera y no quiere disgustos de malas digestiones, sin embargo el tramo del agua ha sido muy exigente y creo que le está viniendo el bajón.
Iniciamos la segunda vuelta con algo más de ritmo, los primeros de la clasificación ya no nos van doblando en la subida, ya están en la tercera vuelta, que es sin puerto, por lo que cuando iniciamos el ascenso los espacios se agrandan y da la sensación de que vamos más solos. Por momentos incumplimos el reglamento y nos ponemos en paralelo a charlar. A quien vamos a engañar, nosotros hemos venido aqui a terminar.
Al final de la vuelta y con ciertos momentos de dudas en la subida, afrontamos la última parte de la bici con ganas de acabarla. Ya os digo, el aire, la falta de costumbre y los continuos sube-baja del circuito han echo de este segmento algo que "ni fu ni fa", no se ha dado mal pero no lo hemos disfrutado.
Llegamos a boxes y alegría!! nuestras mujeres por fín aparecen con los niñ@s!!
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Llegada a la transición, pie a tierra y a cambiarse |
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Todo tranquilidad, la gente del fondo ya ha tarminado la prueba corta y a nosotros nos quedan 2h!! |
Saludamos tranquilamente a la familia (la gente alucina de vernos hacer la transición sin prisa) y nuestras mujeres nos cuentan que algun gracioso ha rajado una de las ruedas del coche por la noche, se han percatado despues de cargar el coche y ha sido un follón solucionarlo. Lo importante es que están aquí y solo nos queda la carrera para terminar nuestro objetivo.
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Se nos ve contentos, hemos superado los segmentos complicados. |
Salimos al "trantran", los 2 km iniciales discurren por el rompeolas del puerto deportivo de Puerto Banús, sin público y con una calle de 4 de ancho dividida en 2, una para ir y otra para volver.
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Marco con Puerto Banús al fondo |
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Final del rompeolas (2km iniciales de carrera) y saludando a Oscar (hijo de Marco) |
Hemos empezado reservones, pero despues de 1h de agua y 3h30min de bici, hay que darle tiempo al cuerpo a cambiar el "setup". Marco se va quejando de gemelos y en el km 5 se plantea abandonar para evitar males mayores de cara a la TransAlpina. Consigo convencerlo de que acabe la primera vuelta (mitad de carrera) antes de tomar una decisión. El caso es que afronta los segundos 5km con energías renovadas que a mi me hacen pensar: o el tema es psicológico o tiene unas ganas locas de retirarse cuanto antes.
Pasamos por el ecuador de la prueba y Marco sigue corriendo, volvemos al rompeolas y no dice nada de abandonar, así que yo encantado.
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Marco por el rompeolas. |
El circuito a pie transcurre por el paseo marítimo y resulta entretenido, gente corriendo, chiringuitos, guiris paseando, bañandose o tomando el sol. El caso es que entre comentarios de "fijate que bermudas lleva el tronco ese" o "mira que pibón" se nos ha pasado el tramo de ida volando y ya estamos encarando los 5 últimos km. Marco ha estado haciendo paradas de 15seg en cada avituallamiento y eso, lejos de agobiarme, me ha resultado inteligente por su parte. Tener cabeza para parar a hidratarte o comer algo, pero tambien tener cabeza para arrancar de nuevo enseguida, sin darle tiempo al cuerpo a emperrarse es un detalle de que el cerebro todavía tiene oxígeno.
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Marco no se fue sin que le preguntaran si no se estaba cociendo!!! Sol, playa y guantes, extraña mezcla |
Últimos metros, ya se ven al fondo los arcos de llegada, nuestros hij@s nos quieren acompañar en nuestra entrada triunfal. Mi hija mayor incluso me ha traido una corona del Burger King y me pide que me la ponga para entrar (menuda foto oficial voy a tener, jajaja!!).
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El Burger King Toty y sus princesas. |
Al final ha sido un gran día, con un poco de todo pero un gran día.
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Reto superado, otra muesca en el revolver, jajaja!!! |