Me he recuperado muy bien de la media de San Pablo de los Montes. Han ayudado, y mucho, las buenas sensaciones que me traje de allí, es por eso que me lanzo a quedar con Miguel para irnos una mañana, al amanecer, a recorrer Alcolea.
A las 05:40h me recoge Miguel, queremos empezar a las 6, para que no se haga muy tarde.
Iniciamos la salida por donde suelo ir yo pero en vez de meternos en la sierra nos vamos paralelos a la carretera de Los Pozuelos de Cva. Cuando llevabamos un par de km nos metemos a mano derecha, por el camino de Peñahoradada y, entonces, si nos adentramos en la sierra. Hace fresquito y no voy todo lo suelto que esperaría, supongo que San Pablo está borrado de mi mente pero no de mis piernas. Miguel me lleva dando vueltas por un circuito completamente nuevo para mi, pero solo en su conjunto, porque hay tramos conocidos. Llegamos al borde de la carretera de Piedrabuena a Los Pozuelos de Cva y torcemos nuevamente a la derecha. Este tramo, de bajada, siempre lo he hecho de subida. Repetimos a la derecha, tomando el camino de la cañada hasta el camino de Valcarbonero, donde cogemos a mano izquierda. Aparecemos en el arroyo del Bullaque. Lo atravesamos y cogemos el camino de Luciana hasta llegar a la casa de Jaralejo. La mañana se hace amena y poco a poco calurosa. He venido sin desayunar y me he equivocado al no echarme ni un gel ni una barrita,... Poco a poco, a medida que Miguel va enganchando cortafuegos y bajadas por la zona de las antenas y del cerro del Águila, yo me voy viniendo abajo, aprieto los dientes y sufro, sobre todo en las subidas.
Pensaba que iba a hacer fresco, voy con el chaleco y se me ha olvidado quitarme el frontal. Miguel, mas precavido, ha traido mochila y agua (parezco novato). |
Con esta luz y el fresquito mañanero la sierra está preciosa. |
Cuando cogemos de nuevo el camino del Bullaque, sé que estamos de vuelta. Se me hace duro pensar en el camino de Luciana cuesta arriba, así que le pido a Miguel subir por el cortafuegos que discurre junto al camino, pero es más ancho y está más limpio de piedras así que me puedo arrastrar sin problemas. Al terminar la subida hago un esfuerzo y aprieto en el último del camino de Luciana. Cuando nos deviamos al camino de la Cruz ya se ve Alcolea a lo lejos. Quiero repetir las sensaciones de San Pablo, quiero sentir que mis piernas, en algún aspecto, estan aumentando su fuerza y tras un decena y media de kilómetros, siento como, poderosas, no renuncian al envite y me aguantan un ritmo de 3:40 sin problemas.
A Miguel le ha venido de sorpresa esta progresión y me pide dejarnos llevar los últimos 300m. La verdad es que he notado cansancio a lo largo de la carrera pero como aquí manda la mente y he acabado tan bien, la mente se marcha diciendo que estoy fenomenal.
Gran mañana por las sensaciones, por el trabajo y por devolverle algo a Miguel. Me ha reconocido que con todo lo que ha corrido por Alcolea, nunca había venido a estas horas.
Un saludo a todos y nos vemos en la meta del Maratón Alpino Madrileño, creo que de hoy al domingo voy a descansar.
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