El puente de Diciembre se está haciendo más largo de lo que suelen ser los puentes que pasamos en casa. No hay prisas por reuniones familiares, ni exceso de vida social (el avanzado, y delicado, estado de mi mujer no lo permite). Todo va con calma tropical, tan solo alterada por esos momentos en que los niños juegan a funambulistas, dividiendo la cuerda en la que andan, no entre la vida y la muerte, sino entre ser adorables y odiosos.
Hemos creado un grupo de aficionados al trail. Las redes sociales nos permiten estar en contacto y poder animarnos unos a otros. Este sábado varios de los miembros de este grupo se han marchado al trail de Chiva. La envidia, por momentos insana, me carcomía así que he empezado a tirar de agenda para hacer una salida montañera. Los del Corricollano y el Club La Petaca están a tope así que no ha sido complicado sincronizar horarios y cerrar una salida para el domingo a primera hora. Por el camino he arastrado a Ivan y a Miguel Ángel con su amigo José Luis.
He dormido hasta mal esta noche de las ganas que tenía de enfundarme la ropa técnica, llenar la camel, revisar los geles, conectar el gps,....
A las 7:55 estabamos en la puerta de casa los 4 de Ciudad Real y a las 8:30 le dabamos al inicio de la ruta desde la sede del Corricollano (en Puertollano).
Mis compañeros de salida |
No había intensidad. Eramos como una antigua locomotora. Echando humo, haciendo ruido y dedicando el tiempo necesario a ir cogiendo ritmo. Presentaciones, chascarrillos y collejas de reencuentros (han venido incluso Luismi y José Carlos, estábamos 4 quijotes!!). Supongo que ha Miguel Angel y José Luis les ha encantado esto de salir en grupo.
Enseguida el camino ha empezado a picar para arriba. Hoy vamos a hacer el circuito de la chimenea cuadrada que es una torre que se ve en lo alto del cerro. Mis compañeros de viaje van fuertes con estas primeras rampas. Lo bueno de conocerse es que sabes que esa, hoy, no es tu guerra. Me entrego a hacer compañia a Miguel Angel y José Luis, no siempre tienes un rato tranquilo para conocer gente en un ambiente distendido y nada forzado.
El primer ascenso nos deja en la cuerda de la sierra donde se encuentra el homenaje al minero, tan característico para Puertollano como las letras de Hollywood para Los Ángeles.
Me convierto en la cola del grupo para sacar al grupo en fila |
Desde aquí trazamos un círcuito circular por trialeras que suben y bajan. Noto como he perdido la forma de la transAlpina, mis pies parecen los de un torpe bailarín y no consiguen, ni por asomo, la velocidad que les marcan mis ojos.
Hacemos agrupamientos de vez en cuanto, los de delante se paran y el resto vamos llegando. Las paradas, las hacen, en los sitios con las mejores vistas, como en la Chimenea cuadrada.
Parada junto a la chimenea cuadrada. |
Julio me indica donde ponerme para tomar esta foto y parecer el "rey león", jajaja!! |
Acabamos el primer círculo y volvemos al punto donde se inició para comenzar un nuevo circulo en torno al siguiente cerro. Los compañeros van cambiando, las posiciones dentro del grupo tambien. Ya estamos calientes y el sol nos acompaña con cierta fuerza, por lo que todos llevamos otra cara.
José Luis empieza a notar el castigo de los sube/baja, estos últimos meses no ha podido salir todo lo que quería y además es novato en estos perfiles. Sigo sin prisa a su lado, hoy quiero saborear cada minuto. Hago fotos, observo el paisaje, cuento anécdotas,... Me doy cuenta de que no me ha costado ni un solo euro tener este rato de armonia. ¿Que sentido tiene la busqueda de la felicidad material en la que estamos metidos? Parece que para ser felices necesitamos esas zapatillas o esa casa o ese coche o ..... Sin embargo, en estos momentos, estoy en un estado de felicidad y sin ningún económico. Necesito replantearme el concepto de vida!
Estamos acabando la vuelta al segundo cerro, más abrupto y con más cambios de dirección y pendiente que el primero. He sacado la cámara de video y he grabado mis primeras tomas. Uno de los de Puertollano nos deja ("Cajuna"), tiene prisa y el resto iniciamos la vuelta al tercer cerro. El comienzo es impactante, tenemos una rampa de 500m con el 37% de desnivel (según apunta Julio). Me adelanto para grabar al grupo. La experiencia es un grado y ya voy cogiendo el truco a coger imágenes en movimiento, lo fundamental es tratar de no estar tu también moviendote, jajaja!!!.
La subida es bastante dura pero los que ya se la conocen consiguen acabarla sib echar pie a tierra. Yo sigo a mi bola y andurreo un rato con Miguel Angel y José Luis. Arriba, disfrutamos las vistas e iniciamos una pronunciada bajada por una pista ancha pero muy empedrada. Luismi me pica para lanzarnos a tumba abierta y cojo el guante, se que el final de la salida está cerca así que me exprimo a tope. La bajada es exigente por las piedras que hay. Hay que cuidar los apoyos a la par que hacer fuerza con los cuadriceps para no perder el control con la velocidad. Luismi me pide que saque la cámara, en pleno descenso, y aprovecha para tomar la delantera (este Luismi se las sabe todas!!). Abajo esperamos al resto y nos reimos un rato con "los malos humos" de Abilio. Os dejo un video de la jornada
Iniciamos el descenso al punto de salida, el ritmo se va suavizando y vuelven los chascarrillos. El estiramiento es demasiado relajado. Nos enseñan la sede del Corricollano y nos despedimos, esperemos que haya muchas más.
Un gran domingo, no por los desniveles, ni por el tiempo, ni el ritmo. Un gran domingo por tener un kilómetro o litro o metro cuadrado o pulgada o grado centígrado..... de "felicidad".
Copiando a mi amigo Ivan y para que sepais al son que se mece mi alma mientras escribo estas líneas, os diré que ahora mismo suena esto de fondo.